Entrevista al Fundador

Fundador
Padre Ángel María Rojas

 

Buenos días, P. Rojas!

Sabemos que entró usted en la Compañía de Jesús hace 43 años, recién cumplidos los 17. ¿Se sintió llamado desde el principio a llevar a jóvenes?

 

Desde que entré en la Compañía me fui preparando para dar Ejercicios Espirituales. Esa fue mi principal labor desde el momento en que me ordené Sacerdote, el año 69. Ejercicios a Sacerdotes, Religiosos y seglares. De entre éstos, me llamaban especialmente para darlos a jóvenes. De ahí saldrían los Grupos.

 

¿Cuál es la misión que cree usted que tenemos los jóvenes dentro de la situación actual de la Iglesia? ¿Cómo la definiría usted?

 

Fundamental. Sois el futuro de la Iglesia y de la Sociedad. Lo que seáis ahora los jóvenes será después el mundo. Si queremos una Iglesia estupenda y un mundo sano, hace falta hoy una juventud nueva.

 

Sabemos que le han hecho ofertas tentadoras de trabajos apostólicos, pero usted prefirió dedicarse a los jóvenes, principalmente con los Ejercicios Espirituales y los Grupos de Oración…

 

Efectivamente, me han ofrecido en varias ocasiones ministerios apostólicos muy atractivos, pero confieso que me atrae trabajar con la juventud. Hoy se habla mucho de la “atención preferencial por los pobres” pero yo diría que los jóvenes son los más pobres: les dan muchas cosas externas, pero no a Dios. Como anécdota diré que esta misma mañana he estado con un chico de unos 14 años: no sabía ni el Ave María. El pobre chaval se escudaba en que sus padres le dicen que tiene que sacar buenas notas en Matemáticas, Lengua, Inglés, etc., pero que no les interesan las notas de Religión. Este chaval es tremendamente pobre en lo más importante: Dios. Tiene unos padres ricos de dinero, pero vacíos de espíritu, que le atiborrarán de materialismo y le dejarán el alma vacía; que le facilitarán vivir bien (?) en la tierra pero no una eternidad feliz. ¿Quién le hablará del Amor de Dios, del Corazón de Jesús, de su Madre? ¿Quién formará en él un corazón limpio, grande y cristiano? Desgraciadamente hoy no tenemos que ir a las selvas de Paupasia para encontrar salvajes: en nuestra jungla de asfalto hay excesivos jóvenes que hambrean a Dios, que necesitan que se les hable de Dios.

 

Más adelante vio la necesidad de reunirlos en Grupos. ¿Por qué?

 

Es muy difícil que una persona sola pueda salir a flote en la vida espiritual

Cuando empecé a dar Ejercicios a jóvenes, en marzo del 71, vi que terminaban muy contentos y con muy buenos propósitos, pero que su perseverancia no sobrepasaba uno o dos meses. En septiembre del 75, haciendo yo Ejercicios de mes en Granada, daba vueltas a esto. Y descubrí que no bastan propósitos buenos: Dios nos ha hecho sociables y quiere darnos muchas gracias a través de los otros. Quiere que ayudemos a los demás y recibamos la ayuda unos de otros. Es muy difícil que una persona sola pueda salir a flote en la vida espiritual en medio de este ambiente que nos rodea. Y mucho más un joven que, por serlo, es inexperto y débil. Así que se me ocurrió juntar en un grupo o equipo que les pudiera ayudar a los que terminaran los Ejercicios con ganas de algo más.

 

Del 10 al 14 de noviembre di una tanda a chicas de Valladolid: el último día les propuse formar un Grupo, lo hicieron… y hasta aquí.

 

¿En qué momento decidió llamarles Grupos de Oración del Corazón de Jesús (en adelante GOCJ)? ¿Por qué la espiritualidad del Corazón de Jesús?

 

Al comienzo eran sólo “Grupos de Oración”. Entonces esta denominación estaba muy de moda. Pero por eso mismo era muy ambigua, y decidí ponerles “apellido”: “del Corazón de Jesús”. ¿Por qué ese “apellido”?: Porque era la espiritualidad que vivían, la que la Iglesia tiene como central y más fundamental, la más eficaz.

 

¿Cómo definiría usted la misión de los GOCJ en la Iglesia? ¿Cómo esta misión se ha ido revelando a lo largo de su historia?

 

La misión de los GOCJ aún no se conoce del todo. Dios se acomoda a nuestros cortos pasos para conseguir sus largas metas Se ha ido revelando poco a poco… Primero buscábamos prolongar la perseverancia de los Ejercicios. Después, además, avanzar en la vida cristiana. Hoy estamos viendo horizontes más amplios, cada vez más ilusionantes.

 

¿Qué cree que han aportado los GOCJ a la Iglesia?

 

Por los GOCJ han pasado más de mil jóvenes. Algunos “de paso” otros profundizando más. Pienso que, en más o menos proporción, a todos les ha podido ayudar para conocer y amar más a Dios. Eso sería suficiente.

 

Muchos han encontrado en los GOCJ su futuro matrimonial o consagrado. Muchas familias se guían hoy por lo que aprendieron en los Grupos. Más de 70 jóvenes a han descubierto en los GOCJ su vocación consagrada en el Sacerdocio o en diversos Institutos religiosos, de los que perseveran la inmensa mayor parte. Si es verdad que las bendiciones de Dios se notan por las vocaciones, ¡somos muy bendecidos!

 

¿Y a usted le han aportado algo?

 

¡Mucho! Yo no sé si he dado gran cosa, pero sé que a mí me han enriquecido mucho. A través de ellos he recibido muchas gracias de Dios.

 

Cuando comencé con ellos, acababa de cumplir los 35 años, y hasta tenía aún algo de pelo. Hoy tengo ya 60 años y el poco pelo que me queda es cano. Eso quiere decir que puedo tener una perspectiva histórica, tanto respecto a los GOCJ como respecto a mí. Y doy muchas gracias a Dios por lo mucho que me ha dado en esta tarea.

 

¿Qué retos se les presentan a los GOCJ de cara al futuro? ¿Cuáles son sus proyectos inmediatos?

 

¿Con “sus proyectos” te refieres a los de Dios o a los míos? Te diré que quiero que mis proyectos, tanto mediatos como inmediatos, sean los de Dios. Para mí y para los Grupos. En el difícil futuro de la Iglesia, los GOCJ deben aspirar decididamente a la santidad. No sólo ser “chicos buenos”, sino santos valientes, entregados, inflamados de amor a Dios e inflamando a los demás. Que dejen actuar en ellos la Gracia de Dios y se dejen cambiar sus corazones de piedra por otros de Fuego. Asís dirán: “El Señor ha hecho en mía maravillas”.

 

Se dice que éste es un Movimiento muy exigente…

 

En una época de flojera y ambi­güedades, se llama exigente a cualquier cosa. He visto abando­nar los GOCJ a muchas personas que preferían un estilo más light. Si éstos me demostraran con su vida actual que este estilo les ha llevado a la santidad, me lo podría replantear, pero creo que más bien me dan pie para afianzarme en la idea de que el camino de la santidad es exigente, que el Evangelio es exigente, que la cruz es exigente, que al Amor totalmente entre­gado de Jesús no se puede respon­der con medianías. Por lo demás, ¿no predica Juan Pablo II un camino exigente? ¿Y no le siguen los mejores?

 
Te invito a leer la parábola de los diferentes terrenos (MT. 13,3-23).
Cuando era joven e inexperto, cre­ía que Jesús era pesimista al decir que el 75% de los terrenos no da­ba fruto. El tiempo me ha hecho ver que abundan los corazones pe­dregosos (que ponen mil trabas para recibir la Palabra de Dios), los corazones inconstantes, pere­zosos, que están más pendientes del qué dirán mundano y abando­nan yéndose a la francesa o inclu­so dando portazo.

 
Pero también he conocido corazo­nes estupendos, generosos, fieles, coherentes, que aceptan la semilla de la Gracia y dan mucho fruto. La Historia de los Grupos está hecha de fidelidades y abandonos, trai­ciones y entregas generosas, crisis y momentos geniales… Por lo demás, ¿no es ésta la Historia de la misma Iglesia y de los discípulos de Jesús? Pienso que así ha sido y así será, mientras seamos hom­bres… Pero, gracias a Dios, creo que hoy los GOCJ están en un momento estupendo, con un buen plantel de personas responsables, generosas y fieles.

 

¿Y no ha tenido alguna vez tentaciones de tirar la toalla?

 

¡Muchas! Sobre todo al encontrar ciertas respuestas precisamente entre quienes más quieres… Pero ante Jesús, que se entrega siempre sin condiciones y que no se baja de la cruz, yo no me puedo permitir el lujo de cansarme ni menos abandonar: mientras Dios quiera, estaré encantado de seguir luchando en esta batalla tan bonita, de forjar corazones juveniles, de colaborar en una generación de santos para el Cielo.

 

¿Usted cree que para el hombre de hoy hay tiempo para Dios (Misa, oración, Rosario, Confesión, lectura espiritual, Retiros, Ejercicios…)? ¿O hay otras formas de llegar a Él?

 

El hombre de hoy, como el de ayer y el de pasado mañana, tiene que centrar su vida en Dios

El hombre de hoy, como el de ayer y el de pasado mañana, tiene que centrar su vida en Dios. El dedicar tiempo para Dios es una consecuencia elemental. Siempre hay tiempo para el/lo que se ama. Y el hombre estresado de hoy necesita más urgentemente un remanso de paz para encontrarse consigo mismo y con Dios. El que no tiene tiempo para dedicárselo a Dios con paz, lo necesitará para el psiquiatra o para el hospital.

 
Si meditáramos más y viviéramos mejor el texto importantísimo de Mateo 6,24-34, las cosas irían mucho mejor, también a nivel humano.

 
Sobre si hay otras formas de llegar a Dios sin dedicarle tiempo, a priori te diré que no. Y a posteriori, repasando mí experiencia de 31 años de Sacerdocio, te diré que menos aún. No he encontrado a nadie que, huyendo del Evangelio más radical, haya llegado a la santidad…

 

Se le nota un cariño muy especial hacia la Virgen. ¿Qué representa Ella para usted?

 

¡Cómo no voy a tenerla cariño! ¡Más bien me reprocho de que la quiero demasiado poco para lo muchíííísimo que Ella me quiere y lo estupenda que es! Desde hace muchos años palpo su presencia maternal, noto su ayuda eficaz, siento su Corazón lleno de cariño. ¡Cómo no intentar corresponder un poco al menos! Sin Ella mi vida no tendría sentido ni valdría la pena. Sería capaz de hacer cualquier cosa, aunque sólo fuera por conseguir una sonrisa de María…

 

¿Y qué representa para los Grupos?

 

Para los GOCJ, como para todo cristiano que aspire seriamente a la santidad, María debe ser Modelo, Guía segura, Camino sin pérdida, Faro brillante, Refugio acogedor, Mediadora generosa, pero, sobre todo, Madre. En su Corazón maternal nos queremos poner para que el Espíritu Santo transforme nuestros corazones en iconos vivos del Corazón de Jesús. ¡Es la única forma!

 

A lo largo de estos años ha contado con la colaboración y ayuda de muchos y buenos sacerdotes. ¿Qué han aportado a los Grupos?

 

Sí, me das ocasión de agradecer aquí la ayuda incalculable que nos han dado generosamente tantos y tan santos Sacerdotes. Han contribuido a enriquecer más y más a los GOCJ, a abrirles a metas e ideales de santidad.

 
Son muchos los que ahora vienen a mi recuerdo… Pero citaré solamente a uno, al P. José Luis Rey Repiso, que nos ha acompañado en todo este tiempo, incansable, atento, fiel, totalmente entregado.

 
Ha ofrecido su ceguera y sus dolores (que son muchos) por los Grupos. ¡Qué duda cabe que una gran parte de los muchos frutos que han dado los GOCJ en estos años se deben a sus oraciones y sacrificios, a su amor, a su inmolación generosa…!

 

¿Cree usted que sigue estando vigente este tipo de espiritualidad en el mundo de hoy?

 

La Espiritualidad de los GOCJ tiene su base en el Corazón de Jesús, la Eucaristía, la Virgen y el Magisterio del Papa. ¿Puede estar mejor cimentada? Por otra parte, he comprobado repetidamente que los Movimientos que funcionan mejor y con más fruto tienen esas mismas características. Es cierto que en el mundo de hoy prima más lo etéreo, la falta de compromiso, y que hay cosas que no están “de moda” en algunos ambientes light, pero a mí no me interesa la moda, sino agradar a Dios (que no cambia) y llevar almas de jóvenes a la santidad.

 

Usted, con otros Movimientos afines, decidieron reunirse y formar una Federación. De aquí surgió JRC (Jóvenes por el Reino de Cristo). Háblenos de ello.

Precisamente me pillas ahora con el pie en el estribo, rumbo al Encuentro de JRC de Salamanca…
Efectivamente, en 1977 surgió en Ávila la idea de formar esa Federación. La razón es la misma que te indicaba antes: como una persona sola no funciona bien, tampoco un Movimiento aislado sale bien a flote. Siempre es bueno tener relación con otras Asociaciones que tengan el mismo espíritu, para ayudarse mutuamente. El éxito de aquella Federación se puede medir con el fruto, que es mucho. Tantos matrimonios, tantos buenos Sacerdotes y estupendos Religiosos que han salido de JRC lo atestiguan.

 

¿Cómo resumiría usted estos más de 25 años de la Historia de los Grupos?

 

¡Difícil me lo pones! Ha habido de todo. Pero es una Historia apasionante, porque es una historia de almas. Es la historia de las respuestas personales a la invitación a la santidad, que Dios nos hace a todos y cada uno. Cada persona es lo que es su respuesta. Por eso es una Historia siempre nueva, siempre ilusionante. Pero sobre todo me interesan estos 25 años próximos, para los que tengo mucha confianza.

 

Acaba de cumplir Vd. los sesenta años. ¿Se siente viejo?

 

Gracias a Dios, noto que la “carrocería” se va desmoronando, pero es una invitación a irme des-prendiendo y despidiendo de lo de fuera, para centrarme en “el motor” en la vida del espíritu. Mientras lo exterior se derrumba, hay que centrarse en la construcción de lo interior. Se me acerca el final del “destierro” y la entrada en “mi Casa” (ET). ¿No es fenomenal?

 

Perdone la pregunta, pero me la ha puesto en bandeja: ¿No teme la muerte?

¡Lástima que sólo se pueda morir una vez!

 

¡No! ¿Temen los novios el día de su Boda? ¡Cómo voy a temer el encuentro con Jesús, con la Virgen, con los Ángeles, con los Santos? ¡Ese día va a ser el más feliz de mi vida! ¡Lástima que sólo se pueda morir una vez!

 
Lo único que temo es una vida inútil y tener entonces las manos vacías…

 

Para terminar, ¿cómo ve el futuro?

 

¡El futuro está en manos de Dios! ¿Por qué temerlo? Noé se metió en el Arca y el diluvio fue para él un sirimiri. Teniendo nosotros ese Arca fenomenal y segura que se llama «Corazón de María», ¿por qué temer? Se trata de meternos y vivir en ese Corazón maternal y confiar en su amor que todo lo consigue de Dios.

 
Ya que veo que terminas, acabo yo también respondiéndote a esta pregunta con el final de Romanos 8: “Estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del Amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.”

 

Muchas gracias, Padre, por su tiempo y su dedicación.

 
Que el Señor y Nuestra Madre le sigan colmando de sus Bendiciones.

 

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